
Es muy difícil establecer el parangón si tiene tanto talento para el fútbol exquisito como para el papelón vergonzante. Menos mal que de él quedará en la memoria el gran jugador que siempre fue. Por lo demás, una verdadera catástrofe.
Dícen que se trata del flagelo ecológico más terrible. De la única especie que mata por matar. De su lugar original la cruzó un científico alemán de la Universidad de San Pablo, por los '60, para el entrecruce genético y que las comunes rindieran más miel. Pero cuentan que unas treinta reinas con sus séquitos se escaparon sin querer y lentamente llegaron hasta Camet por el sur y Texas en el norte. Tienen especial predilección por atacar velorios, cortejos fúnebres y partidos de fútbol.