domingo, junio 17

YA NI EN LA PAZ DE LOS SEPULCROS


Uno de los afiches con que arremetieron, en una contraofensiva muy dura, cuando su figura prácticamente ocupó todo el espacio público.

¿ENTONCES BLUMBERG NO ES MAURICIO?

En la edición de hoy de Clarín, el diario más leído, título de tapa y págs. 3 y 4, el ciudadano argentino Juan Carlos Blumberg, dice rotundamente a todo titular: "No soy ingeniero. Fue un error no aclararlo." Otra vez la teoría, la verdadera industria, de la falibilidad humana. Hebe de Bonafini nunca fue física nuclear. Jamás necesitará aclarar nada. Por lo menos en este terreno.

Eso sí, en un país que no se renuncia ni al tute, aclara que no se baja del caballo de la política y que si su ex colega Mauricio Macri le ofrece la gobernación de Buenos Aires, él, aunque después tenga que aclarar algo, va a aceptar. El ex ingeniero textil irrumpió súbitamente en el escenario público nacional a raíz del asesinato de su hijo Axel en el momento en que habían depositado el dinero y sin que tampoco nunca se aclarara nada, apareció la SIDE y ahí se pudrió todo.

Reunió manifestaciones multitutidinarias, con velas, sin intenciones partidarias, pero débil es la carne. Ahora, ante el escándalo y el desencanto público en el país de las defecciones, trata de emparchar argumentando que se trata de una tecnicatura, pero las denuncias publicadas por Página/12 son lapidarias: el lugarcito de Alemania de donde provendría el título es tan magro que apenas si debe tener nivel secundario. En un país con agujeros negros en la conducción llegó a ser el cuco del gobierno, sobre todo del de la provincia de Buenos Aires, y consiguió reformaras legales que formalmente endurecían la represión cuando la transitada experiencia mundial dice que siempre se empieza por acá.

Axel era el único hijo, con la mamá mantiene una relación particular en la mansión con pileta de Martínez y la curiosidad periodística jamás encaró cuáles, de qué se tratan las actividades empresariales del ahora abruptamente ex ingeniero textil con un lugar preferencial en la Conferencia de las Américas de Mar del Plata, muy cerca de George W. Bush, siempre munido de su clásico y abundante carpeta. A partir del trágico hecho, tras la consabida apertura de una fundación, prácticamente se dedicó full time a una militancia social contra la meneada falta de seguridad y después, pasito a paso, se encolumnó tras las figuras de la derecha liberal.

Al drama personal, que es una herida no cicatrizante, se agrega que este Día del Padre que se celebra hoy es otro vaso de cicuta para el ingeniero textil que nunca se preocupó por aclarar el error en el país de los diputruchos, fiscales que ni fueron a la facultad de Derecho, industriales gráficos con altos cargos de gobierno que nunca fueron doctores sin contar con el presidente de la república al que siempre llamaron El Dotor, había sido simplemente comisario de Balvanera y en la Facultad de Derecho hasta fue arrancada la hoja del libraco donde por lo menos tendría que figurar si alguna vez estuvo inscripto.