lunes, junio 21

UNA AVENTURA DE PATAS CORTAS

Facsimil de la tapa del Nº1, junio 2010. Motivos y objetivos, ausentes sin aviso.
La redacción debe funcionar en alguna plaza: su director, Marcelo Hugo Mallo, presidente del engendro ONG bautizado Hinchadas Unidas Argentinas, no resiste a un rastreo del Google.: alcanza con poner su nombre, espacio, agregar quilmes y darle Enter para que una catarata maloliente de antecedentes lo que se dice poco honrosos arrastre al usuario.
Siempre talló fuerte como caporal justicialista de San Francisco Solano, en todo momento hombre de Aníbal Fernández, pero ahora, como su jefe que lo tiene para dormir la siesta, el aparece con un departamento en Puerto Madero. A la sede de la institución le alquilaron un petit hotel en Balvanera, en la segunda cuadra de Juncal, al estilo del que le remataron a la compañera menemista María Julia, por 5 mil dólares al mes y de movida va a funcionar una escuela de técnicos (¡¿?¡). Como un toque humorístico les faltaría una academia de Corte & Confección.
El mensuario que hoy ocupa esta entrada tampoco ofrece miga para un análisis serio. Puede ser la incapacidad del que hace esta bitácora, pero no se le encontró una idea y al amontonamiento de reportajes al tuntún no se le puede llamar publicación de interés general. Sirve para análisis de otro tipo, en todo caso, y sobre todo como una cobertura más a las donaciones de audífonos, sillas de rueda y otros adminículos que ya hicieron. Les falta ir al Garraham a llevarse ositos pelouche a los chicos que están internados y completan el cartón.
Después del Mundial 2010 se podrá apreciar claramente si la ONG tiene resto o no pasar de la categoría de dejar ser un negocito periférico con la bondad eterna de la costra política y los dinerillos extras de las cajas chicas del Estado. Si algún ideólogo trasnochado aspira seriamente, como dicen, a generar dirigentes sociales aupados en el carisma natural de estos elementos, afincados en el primer y segundo cordón del GBA es para ponerse a pensarlo un poco. La Patria Futbolera no dejará nunca de ser una fachada; lo que está atrás, con cada día más chicos muertos por las balas policiales y el afianzamiento de una miniburguesía de los socios gratis del poder, eso sí, puede ser más preocupante.