Reproducción facsimilar de la tapa y si encima le hacés clic lo vas a poder leer y todo. |
La sonrisita mefistofélica, bien de cheronca, él, que es tan pero tan fotogénico, ahora la debe seguir viendo y puteando en ocho idiomas. ¿Por qué no le avisó alguno de la corte de abribocas tan bien pagados que lo olfean? Un hecho histórico, claro, que por primera vez en la historia, aquel aciago 2 de agosto del 2006 se haya dejado entrar por primera vez a la realidad en la Casa Rosada, pero había que tomar en cuenta todos los muertos que hay de todo tipo, cuentas sin pagar, quejosos, rengos y demás. Fue como venirse escaleras abajo. Con escaleras y todo. Encima, cualquier papanatas, como en este caso, se ponen agarrar datos, lo meten entre dos tapas y tienen la pretensión que sea un libro. Es para leerlo y no creerlo: una atrás de otra, como cachetada de loco. A quién se le podía ocurrir que el pito del árbitro es la irrupción de la realidad y que se termina la ilusión del juego, me cache en diez, y se aparece la 125, el yacaré de Antonini Wilson que no debe haber servicio para el que no trabaje, un obispo con monjitas en ciclomotor que le cagan todo el aparato y le ganan las elecciones en Misiones, el Cleto con esa cara de Naboletti al que encima se le da por voto en no positivo y los Melli que casi le plantan soja en los maceteros de la Rosada, chacareros de mierda. Venían lo más bien. Después no le quisieron reconocer nada porque para qué sube un gobernante no es para hacer las cosas como la gente y no afanar, no afanar, che, mirá que Jesucristo multiplicó los panes pero vos, encima de reventar a los que siembran trigos, multiplicás con panaderías y todo.
Inolvidable, Pingüino. Una foto para el recuerdo. Vos que sos de la Patagonia ovejuna, esto sí que es ir por lana y volver esquilado.