Reproducción facsimilar de la tapa del volumen editado por Planeta.
A partir del otoño último, publicaciones periódicas cordobesas de todo tipo, particularmente de Río Cuarto, se han tirado a la pileta del descubrimiento de los que serían tres nietos naturales, según las pruebas de ADN, del estanciero multimillonario Juan Feliciano Manubens Calvet. Los montos, según la cantidad de tinto o alucinógenos ingeridos por los apóstoles de la información, oscila entre los 200 y los 500 millones de dólares. Equitativos, no se puede negar. En el ejemplar cuya tapa se reproduce se habla de una cifra estimada entonces, agosto de 1993, cuando apareció el ejemplar, en unos 300 millones de la misma moneda.
Chirolita más, chirolita menos, amén del rastreo histórico de la fortuna y la herencia, que arranca con las tenidas entre el Manco Paz y Facundo Quiroga, se reproducen varias horas de charla mano a mano, grabador de por medio, con Blanca Rosa Guzmán, a quien se la considera sin cortapisas como la verdadera hija natural y legal heredera, no la paraguayita apoyada por Stroessner y sus amigos, incluso el Papa, Primatesta, Calabresi, Picci y otros monseñores y nomonseñores, con gran despliegue mediático.
Claro, iban fotos, parentela, datos corroborables y demás. La primera versión salió en la Revista 10 de Editorial Perfil, en marzo de 1983, y la segunda en el mamotreto referido, de 428 páginas.
Ahora en publicaciones cada vez más lamentables, no sólo por lo mal escritas, sino por la falsedad de la información, la galleta de datos y la oscuridad de las relaciones, en lo único que coinciden es que ninguno leyó lo adelantado con exclusividad en 1983 y luego diez años después: lo que pasa es que eran tan pendejos, leyeron tan poco y son tan audaces como pusilánimes.